Las palabras aeróbico y anaeróbico son dos palabras muy conocidas en el mundo del deporte. Estos dos términos reflejan la forma que tiene nuestro organismo de obtener la energía para realizar cualquier tipo de actividad tanto diaria como deportiva. Aeróbico (en presencia de oxígeno) y Anaeróbico (en ausencia de oxígeno), que no significa que no necesitemos respirar para dicha actividad. Nuestro sistema de obtención de energía suele abarcar ambos tipos aunque siempre hay uno que predomina ante el otro dependiendo el momento y el tipo de actividad.

 Ejercicio aeróbico: como he comentado es el que se realiza con oxígeno. Nuestro organismo quema hidratos y grasas para obtener la energía necesaria mediante el oxígeno. Suele usarse en una actividad de intensidad baja o media y suele una actividad larga. Digamos que el ejercicio aeróbico se puede realizar durante un tiempo prolongado y de no mucha dificultad como puede ser correr, nadar o caminar, o tareas de la vida cotidiana.

Este término lo introdujo Kenneth H Cooper, que diseñó el Test con su nombre. Introdujo dicho término con la finalidad de entrenar y mejorar el corazón y los pulmones.

Ejercicio anaeróbico: son ejercicio que se realiza sin oxígeno. Nuestro organismo no utiliza oxígeno proveyendo energía de fuentes inmediatas que no necesitan del oxígeno para ser transformadas en energía. El organismo suele utilizarla en una actividad de intensidad alta y de muy poca duración como carreras de velocidad, pesas o actividades extremas en las que necesitamos esa energía de forma inmediata. La obtención de energía suelen ser de cosumir fosfato de creatina o el ácido láctico en haber ausencia de oxígeno.

Este tipo de ejercicio produce un aumento de masa muscular y el umbral de intensidad, tonificación y velocidad.